El mérito del mejor G2 Esports de la historia fue normalizar que la League of Legends EMEA Championship (LEC) podía ganar con regularidad a la League of Legends Championship Korea (LCK). Que el testigo de ‘matacoreanos’ no era exclusivo de Flash Wolves y que la sensación de consecuencia tenía mucho más peso que la de casualidad. Los samuráis no solo hicieron soñar a lo largo de toda la novena temporada y empujaron a toda una región para que mejorase su nivel entero. Sin embargo, esa semilla se plantó mucho antes, concretamente dos años atrás de la creación del mejor equipo de la historia de Europa: en el Mid-Season Invitational de 2017.
En Vietnam, G2 Esports saboreó su habitual éxito a una escala mayor. En Madrid, experimentó la euforia del gladiador que se siente invencible. Pero para conocer la sensación de esperanza, como si del cuarto episodio de Star Wars se tratase, los samuráis viajaron a Brasil. En el MSI de la séptima temporada, un ídolo generacional como Ronaldo Nazário reconoció la grandeza del icono de League of Legends, Lee “Faker” Sang-hyeok. Mientras el exfutbolista brasileño otorgaba la corona al Rey Demonio, los jugadores del conjunto europeo observaban atentamente la escena. Lejos de verla con la desesperación de la sexta temporada o saudade, la apreciaron con la ambición. Después del rendimiento mostrado en la final contra SK Telecom T1, G2 cogió el avión de vuelta dejando el derrotismo aparcado en la playa de Copacabana.
Un panorama mucho más pesimista
2017 era un año donde el Viejo Continente estaba muy alejada de la Euphoria de Loreen. La anterior temporada el campeón europeo, G2 Esports, fracasó tanto en el MSI como en Worlds. H2K Gaming evitó un ridículo histórico para la LEC llegando a las semifinales, con una meritoria fase de grupos donde ganó a EDward Gaming y la fortuna de enfrentarse a Albus Nox Luna en los cuartos de final siendo el único equipo que había aceptado entrenar con el conjunto ruso. No había una sensación generalizada como la de 2015, donde Fnatic y Origen sembraron una ilusión recogida por los frutos sembrados a lo largo de todo el Summer Split.
Para la séptima temporada, G2 Esports no se planteó hacer ningún cambio radical en la plantilla. A mediados de 2016 lograron incorporar a Jesper “Zven” Svenningsen y Alfonso “Mithy” Aguirre, la mejor bot lane europea en aquel momento. Habían ganado dos ligas consecutivas, por lo que el proyecto merecía más continuidad. Los samuráis siguieron a lo suyo nivel doméstico, pero la facilidad con la que podían conjugar el verbo ganar preocupaba en el equipo. “Muchas veces, en general, las regiones no son lo suficientemente buenas. TSM sufrió contra Cloud9 y casi pierden por un error la serie [la final de la LCS]. C9 era un buen equipo, pero el resto no. Lo mismo ocurre en Europa, donde no hay mucha competencia. Con Flash Wolves sucedía lo mismo en la LMS”, explicó Luka “Perkz” Perkovic, medio de G2 en aquella época, durante una entrevista postpartido a la periodista Emily Rand.
G2 Esports llegó al MSI con la necesidad de redención y con la presión de ver cómo el League of Legends occidental -o por lo menos, el europeo- podía implosionar si no tenía un buen rendimiento. Un año después ya llegaría el cambio de rumbo del club con la recordada victoria contra Royal Never Give Up en Worlds, marcada más por cómo G2 mostró su mejor versión en el momento adecuado y no por su regularidad. También cómo Fnatic se encomendó al florecer de Rasmus “Caps” Winther para creer que podía ser superior al Invictus Gaming de Song “Rookie” Eui-jin para sumar su segundo Mundial. En la novena temporada, tanto los samuráis como los black & orange protagonizarían el mayor nivel jamás visto en el Viejo Continente. Pero antes de todos esos acontecimientos que marcaron la historia, el campeón europeo debía firmar un buen papel en Brasil.
G2 Esports cambió cuando se enfocó en sí mismo
El arranque en el MSI no fue nada sencillo. Estuvo extremadamente marcado por la irregularidad y la volatilidad de los partidos al mejor de uno. G2 Esports sufrió tanto que se clasificó para los playoffs del torneo con cuatro victorias y seis derrotas, librándose de un desempate con Flash Wolves y TSM. En aquel momento la LCK todavía era la gran liga que todo el mundo quería superar. También el faro de referencia a nivel internacional. Los samuráis tenían dos opciones sobre la mesa: copiar lo que los surcorenos proponían, obviando que solo existía un Faker y un SK Telecom T1, o tomar su propio camino. Enfocarse en sí mismos para mejorar. Para la suerte de Europa, G2 optó por lo segundo. “Enfocamos los mejores de uno mal. Nos preparamos en función de los equipos en vez de concentrarnos en nuestras propias estrategias”, aseguró Perkz. Su equipo tomó nota de sus propias declaraciones.
Llegados a las semifinales, G2 Esports debía redimirse superando a Team WE, campeón de la League of Legends Pro League (LPL). WE era un club con un tirador de garantías en las peleas grupales, Jin “Mystic” Seong-jun, pero tal como señaló la exentrenadora de Evil Geniuses, Kelsey Moser, un equipo que se reforzaba mucho en sus líneas individuales. Ke “957” Chang-Yu y Su “xiye” Han-Wei eran mecánicamente potentes, hábiles en la fase de líneas, pero útiles a la hora de gestionar las calles laterales. Los samuráis reconocieron la situación y se dedicaron a jugar alrededor de sus virtudes, nada de intentar igualarse en la especialidad del rival. “Todos estuvimos de acuerdo con que hicimos muchos errores en el early game que nos costaron partidas en la fase de grupos. Así que intentamos jugar mucho más lento y no asumir riesgos porque no sabemos jugar por detrás. WE es un equipo muy veloz que le gusta pelear y hacer cheesy ganks. Por eso redujimos el tempo de la partida”, afirmó Zven después de las semifinales. G2 ganó las semifinales por 3-1.
Dentro de la Grieta del Invocador, G2 Esports no dio espacio a Team WE para que desarrollara su juego. Por lo menos, con total normalidad. “Todo se redujo al dos para dos en el enfrentamiento de los dúos medio-jungla. Ambos equipos podían recurrir al escalado de las composiciones y las peleas por el Barón Nashor cuando fuera necesario, pero la presión en el mapa desde la calle central y la habilidad para generar un efecto de bola de nieve dictaminaron el éxito o el fracaso”, escribió Moser en Yahoo Esports tras el partido. Los samuráis reconocieron que Perkz era el hombre sobre el que todo debía girar. Que el croata había dejado atrás la insensatez del novato que era el año anterior para convertirse en la estrella que únicamente Caps fue capaz de destronar.
“Después de enfrentarnos a ellos y ver las repeticiones, sabíamos que su early game era mejor que el nuestro. Su condición de victoria era tener bot laners fuertes que pudieran rotar hacia el resto de líneas, así que bloqueamos esos campeones opresivos para poder tener más facilidades en el mid game”, declaró Perkz en una entrevista postpartido. Team WE solo pudo jugar Caitlyn en el primer mapa. Cuando Mystic jugó Ashe, G2 Esports respondió con Varus para Zven. Todo para que, posteriormente, el surcoreano quedara relegado a Kog’Maw. El único enfrentamiento que el croata tuvo favorable fue el del segundo mapa, con Syndra ante Taliyah. Pero con la bot lane de WE desplazada, visión y Kim “Trick” Gang-yun ganándole la partida a Xiang “Condi” Ren-Jie, a los samuráis les salió todo bien. “G2 amplió su repertorio y abrió sus opciones. Dejaron que el dúo medio-jungla controlase el mapa, capitalizando los errores de WE con ejes reactivos”, concluyó Moser.
Sin casualidades contra SK Telecom T1
En la final, SK Telecom T1 demostró ser mejor equipo. Sin embargo, la final del MSI de 2017 no fue el clásico duelo de la época: un club surcoreano batiendo con un amplio margen de diferencia a uno occidental. Fue todo lo contrario, ya que G2 Esports tuvo un papel digno en todo momento. El primer mapa estuvo marcado por cómo los samuráis no dejaron respirar a Faker. Perkz tenía una línea ganadora con Jayce ante Ahri y Trick se pasó todo el early game alrededor de la calle central. El objetivo de impedir a la estrella surcoreana brillar -por entonces aún ganaba como Rey Demonio y no como humano- era evidente. SKT se repuso por cómo la calle inferior sí tenía un enfrentamiento favorable y generaba margen para que Han “Peanut” Wang-ho generase ventajas.
La esperanza se generó cuando G2 Esports puso el empate en el marcador. Para occidente, SK Telecom T1 era Darth Vader llegando a Tantive IV. Los samuráis se pusieron el disfraz de rebeldes y sembraron la esperanza sabiendo a qué acudir para sacar un mapa al conjunto surcoreano, que no cedió contra Flash Wolves. El plan de partida contra Team WE se extrapoló a la final, con Perkz y Trick generando el efecto de bola de nieve. Sabían que su dúo Lee Sin-Syndra era mucho más potente que el Ivern-Ahri. Era una oportunidad que G2 no podía dejar escapar y la acompañó con daño. Gangplank en la calle superior y su definitiva global, pero especialmente con Kog’Maw y herramientas de protección para este. SKT acabó remontando la serie, adaptándose mejor al enfrentamiento y mostrando el amplio catálogo de las virtudes de su plantilla. No obstante, el campeón europeo se machó con la cabeza alta.
“Este es el G2 Esports que queríamos ser. Ya no existe ni la ‘maldición internacional’ ni los memes, sólo nosotros dando lo mejor de nosotros mismos y trabajando duro. (…) Me alegro de que la ‘era’ anterior de G2 haya terminado, que ahora podamos ver a G2 como un equipo fuerte que intenta que Europa se sienta orgullosa. Si nos va mal en el próximo split o en los Mundiales, puede ser porque nosotros o Europa seamos un asco, pero no porque no hayamos trabajado duro ni por culpa de memes o maldiciones”, concluyó Mithy en la rueda de prensa posterior a la final.
La entidad sumó posteriormente su cuarta LEC consecutiva, siendo el primer equipo de la historia que lo conseguía en Europa, pero cayeron en la fase de grupos del Mundial. Fueron el mejor conjunto que se quedó fuera de los playoffs, un título ficticio e insuficiente para superar a Royal Never Give Up y Samsung Galaxy, el campeón del torneo. La impotencia de ese resultado se reflejó en las lágrimas de Perkz, que vio cómo un buen proyecto acababa con discreción, aunque abrazado por calurosos cánticos de la afición de Wuhan, China. Un año después, el karma y el trabajo duro compensarían a G2 Esports con su reconocida venganza sobre RNG en los cuartos de final de Worlds. La época dorada de G2 reescribió la historia del League of Legends occidental e internacional. Pero el tramo de los samuráis desde el MSI de 2017 hasta el Mundial de ese mismo año quedó condenada a la infravaloración.