El éxito internacional de América del Norte ha llegado a costa de coincidir con los mejores momentos del League of Legends europeo. Los momentos de gloria de la League of Legends Championship Series (LCS) se encuentran en dos momentos concretos y consecutivos. Primero en la clasificación de Cloud9 a las semifinales de los Worlds de la octava temporada, después en el subcampeonato de Team Liquid en la quinta edición del Mid-Season Invitational (MSI). Por aquel entonces, Liquid contaba con Jo “CoreJJ” Yong-in y Jeong “Impact” Eon-young en el once titular, igual que en 2024. El tiempo no se ha detenido, pero la organización ha tenido que recurrir a ambos surcoreanos para volver a ganar una liga por primera vez desde 2019.
CoreJJ e Impact tienen sellado su nombre en la historia de Team Liquid, por los trofeos y por cómo elevaron el techo del nivel que un club de la LCS -o por lo menos, que realizara la misma inversión- podía llegar a ofrecer. La trascendencia se refleja en la victoria de la entidad sobre Invictus Gaming en las semifinales. No fueron una carambola, sino una consecuencia directa de una buena lectura de la situación y de un conjunto que supo encajar. El por entonces entrenador de Liquid, Jang “Cain” Nu-ri, consiguió instaurar una idea fácil de olvidar de lo simple que es: “No intentéis complicar las cosas, simplemente sed naturales y jugad cómodos”.
El encaje de CoreJJ e Impact en 2019
Yiliang “Doublelift” Peng fue el encargado de darle una nueva vida a Team Liquid, un club que conocía demasiado bien la cuarta posición a la vez que las decepciones, pero no lograba dar un salto definitivo. El tirador asumió en 2018 el protagonismo en un equipo necesitado de éxito. Impact llegó ese mismo año junto a Jake “Xmithie” Puchero, uno de los eternos infravalorados de América del Norte. A lo largo de la octava temporada, Liquid se desquitó de la sequía de títulos, pero fue modesto internacionalmente. Para el año siguiente necesitaba nuevos matices y más evolución para el proyecto, hechos que llegaron personificados en dos jugadores: Nicolaj Jensen y CoreJJ.
En la octava temporada, Impact era el campeón mundial que aún no había ganado en América del Norte. Doublelift, en cambio, el mejor jugador norteamericano, pero aún no había trasladado el éxito en las ligas al escenario internacional. Un destino compartido por Xmithie, que hasta la llegada de figuras como Robert “Blaber” Huang, su estatus de mejor jungla nativo de la región era intocable. Pero Team Liquid, viendo que con individuos no le llegaba para dar un paso más a nivel mundial, buscó pequeñas sinergias a través de su top. Con Jensen, Liquid reviviría un núcleo del Cloud9 que era competitivo internacionalmente antes de 2018. En el caso de CoreJJ, aprovecharía el batacazo de Gen.G en el anterior Mundial para conseguir uno de los mejores jugadores del planeta. No había jugado con Eon-young en el pasado, pero tanto el estilo de juego como las costumbres y visiones compartidas por la nacionalidad eran suficiente.
Cómo Team Liquid se abrazó a sus fortalezas para sorprender ante Invictus Gaming
La primera temporada de la versión mejorada del proyecto de Team Liquid se transformó en la tercera LCS consecutiva para el club. Sufrió contra TSM, que se adelantó a forzar y obligó a Liquid a culminar la remontada. Impact, como Jensen, ganó su primera liga. Sin embargo, el buen hacer en los momentos importantes ya lo tenía incorporado. CoreJJ dominaba con mano de hierro tanto la competición como solo queue, como buen MVP del campeonato, aunque tenía muy claro que debía ser un hombre de equipo y no exclusivamente un destello individual para poder ganar. Para Doublelift, fue otro significado. Aquel Spring Split tuvo diferentes connotaciones emocionales, pero la más importante fue que el equipo identificó una idea de juego en la que era superior. En el MSI fue donde todo el mundo se dio cuenta.
Team Liquid pasó de estar al borde de la eliminación en la fase de grupos a ser el subcampeón porque entendió que no debía revolucionar nada. El campeón de la LCS no era G2 Esports, pero tampoco necesitaba serlo. Sólo tenía que mantenerse fiel a un estilo de juego: el de enfocar todo a las peleas grupales, aquel factor que le valió para diferenciarse en América del Norte y que marca la distancia entre oriente y occidente. En lugar de buscar líneas dominantes, daría lugar al escalado o a los enfrentamientos que tuvieran herramientas útiles para las batallas campales. Cuando Liquid fue emparejado con Invictus Gaming en los playoffs del torneo, el planeta se echó las manos a la cabeza, el vigente campeón mundial era el rival a batir. En cambio, ese no fue el caso en el conjunto, tal como expresó Xmithie en un documental sobre el torneo: “Sentí que el estilo de juego de IG era positivo para nosotros, teníamos una mayor ventaja en comparación a cualquier otro equipo del MSI”.
“Tenemos que ganar o contestar el dos para dos en medio, deberíamos jugar alrededor de la bot lane y romperla desde medio hacia bot si es posible. A partir de ahí, tenemos que buscar cómo superarles en las peleas grupales con las condiciones de victoria”, explicaba Jack “Kayys” Kaiser, por entonces analista de Liquid, antes del partido. La clave estaba en juntarse constantemente. El análisis del entrenador del campeón de la LCS en aquel momento, Cain, describió qué hizo finalmente el equipo para superar a Invictus en las semifinales: “Invictus Gaming es un equipo al que le gusta mucho luchar en equipo. Por lo tanto, prohibimos las selecciones cómodas para sus jugadores y nos quedamos con campeones que destacan en las luchas en equipo. Por eso pudimos ganar”.
El papel del dúo surcoreano
Todas las declaraciones del cuerpo técnico se trasladaron a las composiciones de Team Liquid, siempre con herramientas para pelear grupalmente con más comodidades. Para llegar a esos puntos, el campeón de la LCS también trazó diferentes puntos clave. Xmithie persiguió constantemente a Gao “Ning” Zhen-Ning, ya que el MVP de la final de los Worlds de 2018 jugaba claramente hacia la línea superior y tampoco quería que pusiera en desventaja las condiciones de victoria. Doublelift escalaba pero siempre con más rango que la Kai’Sa de Yu “JackeyLove” Wen-bo, obsesionado con la campeona. Jensen siempre tenía un enfrentamiento favorable contra Song “Rookie” Eui-jin para estar cómodo o poder limpiar oleadas en el peor de los casos porque, simplemente, el medio surcoreano estaba peleando por el título de mejor jugador mundial.
Impact y CoreJJ jugaron roles habilitantes para que sus compañeros de equipo brillaran. El top tenía personajes con los que podía ser autosuficiente y contaban con buenas definitivas para decidir las peleas grupales. Neeko y Kennen fueron sus prioridades, mientras Sylas apareció como respuesta a la camaleona precisamente por cómo podía robar su ultimate. No sin sufrir contra Kang “TheShy” Seung-lol, como él mismo declaró en la rueda de prensa posterior al partido: “Antes de la partida, estaba enfocado en hacerlo bien yo solo… Pero la fase de líneas fue un poco lamentable”. En cambio, el apoyo dio contra Invictus Gaming un recital sobre disengage que acabó con su participación en 63 asesinatos (cinco bajas y 58 asistencias) de un total de 78. Tenía ventanas para hacer iniciaciones y all-ins, pero lo principal era proteger a Doublelift y Jensen.
“A medida que jugábamos contra ellos, nos dábamos más cuenta de que su estilo de juego era muy importante, que teníamos que detectar su plan y responderlo porque peleábamos mejor que ellos”, declaró Xmithie a los medios del club. La serie contra Invictus Gaming fue el máximo exponente de lo que llevó a Team Liquid a ser subcampeón del MSI de 2019. Estadísticamente, no fue el mejor torneo ni de Impact ni de CoreJJ: tuvieron una participación en los asesinatos del 53,1% y del 59,4% respectivamente. Pero sus personajes más jugados -Kennen y Gangplank por un lado; Galio, Braum y Tahm Kench por el otro- reflejaron que hicieron lo que se necesitaba. Brillaron cuando el equipo más lo necesitaba para pasar a la historia. Un lustro después, Liquid ha recurrido a las mismas bases para volver a ganar una LCS y estar de nuevo en un MSI. Sin embargo, el cambio de año y la diferencia del techo individual de sus carries obliga a la entidad a buscar más matices para encontrar un éxito que, actualmente, no se espera de ellos.
Foto de David Lee vía Riot Games