Muchos jugadores destacan por permanecer en una organización durante grandes periodos de tiempo. Así encontramos al Russell Westbrook que estuvo ‘cientos de años’ en unos Oklahoma City Thunder a la deriva o a Raúl González con el Real Madrid Club de Fútbol.
Estos jugadores militaron en sus respectivos clubes tanto en los buenos como en los malos momentos, algo que les acaba volviendo iconos de los mismos y que la propia afición de cada equipo agradece de todo corazón. No obstante, también existen miembros que destacan por cambiar de aires cada poco tiempo. En fútbol destaca el ejemplo de Zlatan Ibrahimović, jugador que ha dejado su huella en 11 equipos.
En deportes electrónicos también tenemos las dos caras de la misma moneda. Lee Sang-hyeok «Faker» ha permanecido en SK Telecom T1 (ahora T1) desde 2013. El coreano, aunque ha tenido varias ofertas de diversos equipos, como una de China en la que brindaban bastante dinero, siempre decidió quedarse en el club de sus mil amores, tanto en las buenas como en las malas.
En el otro lado se encuentra el protagonista de esta narrativa, Han Wang-ho «Peanut». El jungla coreano ha dejado su marca en siete equipos diferentes, uno por año. Por lo que parece, Peanut no es de las personas a las que le gusta estar en un mismo sitio durante mucho tiempo, más bien es un alma libre sin un sitio fijo. Extrapolando este hecho a una canción de Avril Lavigne y cambiando las palabras exactas, ‘ahora es una superestrella manejando su teclado, ¿pueden ver vuestras caras lo que realmente vale?‘.
Todo camino tiene un comienzo
Peanut se unió como jungla suplente al conjunto coreano (ya desaparecido) de NaJin e-mFire en diciembre de 2014. No obstante, tardó poco más de dos meses en destacar y hacerse con la titularidad del equipo. En ese momento ya se veía que este jungla coreano tenía potencial para algo más que ser un mero suplente. Que llegaba para comerse el mundo, aunque al final parece que el mundo se lo está comiendo a él.
Aunque en primavera terminaron en sexta posición en la máxima competición coreana, sería en verano cuando terminasen de explotar. Segundos en la Challengers Korea 2015, playoffs en la SBENU Champions Summer 2015 y cuartos en la Korea Regional Finals. Todos los ojos puestos en un joven jungla de 17 años que había hecho de un equipo que luchaba por no descender, un contendiente al título de la Champions Korea.
El equipo de nuestros corazones, ROX Tigers
En enero de 2016, Peanut abandonó su pasado para unirse a un nuevo proyecto que le pudiera proporcionar la tan ansiada gloria. Y todos conocemos la elección. El equipo con el que todo el mundo vibró en el World Championship 2016. Ese conjunto que estuvo a punto de matar al Rey Demonio, al SK Telecom T1 que llegaba para dominar el panorama internacional.
ROX Tigers es el equipo en cuestión. La plantilla conformada por Song Kyung-ho «Smeb», el propio Peanut, Lee Seo-haeng «Kuro», Kim Jong-in «PraY» y Kang Beom-hyun «GorillA» que quería hacerse por completo con el control de la región coreana. Y desde un principio demostraron que no llegaban para bromear, sino que su objetivo era claro y no tenían intención de hacer amigos por el camino.
En su primera edición juntos, la de primavera, no hubo rival para los chicos de Peanut. Sólo cayeron dos veces, una ante un poderoso KT Rolster y otra frente a Samsung Galaxy, por lo que añadieron 16 victorias a su casillero personal, aunque todavía faltaba dar un pasito más. El potencial era innegable y el juego exquisito, un placer para la vista del espectador. También hay que añadir que el jungla aportó a la plantilla el punto de agresividad que le faltaba. Su misión estaba al alcance de la palma de la mano de hacerse realidad. Pero un SKT con mucha hambre les dejó con un mero 1-3 y a Peanut con una sed de venganza innegable.
Así llegó el verano. 15 victorias y 3 derrotas, pero otra vez primeros en la temporada regular de la League of Legends Korean Championship (LCK). Como en el momento en que Apollo retó por segunda vez a Rocky Balboa, los jugadores pasaron por un gran entrenamiento, con la diferencia de que esta vez también tenían a ese público animando, tal y como ocurrió con el italoestadounidense cuando subió las escaleras del Museo de Arte de Filadelphia con Gonna Fly Now sonando de fondo.
Y llegó el segundo combate por la gloria de la LCK. Los chicos de ROX Tigers tuvieron que enfrentarse en la final a un KT Rolster que venía con ganas de triunfar. Llegaba el día de la gran final y ambos contendientes se esperaban en el ring. Al igual que el combate entre Apollo y Balboa, fue un cambio de asaltos constante. Pero el final fue para Peanut y los suyos: 3-2 y el objetivo cumplido, la LCK era suya.
Ahora tocaba el siguiente paso, el World Championship 2016. En él, ROX Tigers tenía puestos los ojos en el trofeo. A pesar de ello y aunque la expectación era máxima, apareció un viejo conocido que pararía los pies a Peanut y su ambición: Faker y SK Telecom T1 pondrían un 3-1 en la serie y conseguirían alzarse con la copa de la cita internacional más importante del año.
Un salto de calidad necesario
Tras el fracaso en el World Championship 2016, Peanut aplicó el, “si no puedes vencer al enemigo, únete a él”. De este modo, decidió unir fuerzas con Faker y compañía en SK Telecom T1. Y, cómo no, se convirtieron en una fuerza imparable, al menos en primavera. En la edición más florida del año, SKT ganó la temporada regular, se alzó con los playoffs y no dejó cabos sueltos en el Mid-Season Invitational 2017.
Parecía que Peanut por fin conseguía su meta de dominar todo lo que jugaba. Si bien en verano las cosas parecían cambiar. La máxima competición coreana se ajustaba mucho y, a pesar de sólo perder cinco partidos, SKT terminaba en cuarta posición. En playoffs pasaron por encima de todos, aunque KT Rolster fue un rival un poco más difícil. Y llegó la final. Ahí esperaba un monstruo como era Longzhu Gaming con jugadores como Khan, Cuzz, Bdd, PraY y GorillA.
Los chicos de SKT pusieron toda la carne en el asador. Peanut quería ganar por tercera vez consecutiva la LCK y llegar al World Championship 2017 como primero por parte de la región coreana. Pero como todo rey, en algún momento se ha de ceder la corona. Y eso ocurrió en esta ocasión. En palabras de Fernando Costa y del Dollar, ‘Longzhu llegó como la bola ocho, para quedarse con todo el bizcocho‘. Un 3-1 en el total de mapas y las dudas que comenzaban a crecer dentro del equipo.
Ya en la máxima competición internacional, Peanut y compañía, compartiendo en esta ocasión la titularidad con Blank, pasaron bastante solventes los grupos, aunque Edward Gaming casi les gana dos mapas. La falta de coordinación se hacía latente dentro del grupo. Un 5-1 en total y directos a la próxima fase. Si bien Misfits Gaming les dio un gran susto, un 3-2 de milagro les permitió avanzar a semifinales, donde también ganarían por 3 mapas a 2 a los chicos de Royal Never Give Up. En esta ocasión sería el mismísimo Faker quien llevase el carro de la organización con un inconmensurable Galio que permanece en el recuerdo de todos los seguidores del competitivo de League of Legends.
Llegaba el momento de la final, en este caso partido con sabor completamente coreano. SK Telecom T1 contra Samsung Galaxy. Todos recordaremos este partido por las lágrimas de Faker, por cómo Ambition dejó a Peanut sin posibilidad de hacer nada por su equipo y cómo clavó su lanza en el corazón del Rey Demonio.
Sin rumbo fijo, buscando la gloria perdida
Una vez acabó el Mundial, Peanut abandonó la institución de SK Telecom T1, quizás por el resultado o tal vez porque no quería compartir la posición con Blank. Al fin y al cabo una estrella busca todas las atenciones posibles. Tras esto, militó en el equipo de Longzhu Gaming, equipo que cambiaría su nombre a Kingzone DragonX. En primavera consiguieron arrasar con todo, volviendo a ganar de nuevo la LCK. Así, Peanut se convirtió en campeón de la competición de nuevo, la tercera vez en su carrera, cada una con un plantel diferente.
Pero ya sabemos lo que suele ocurrir, todo lo que sube rápido baja aún más. Y en verano aconteció algo similar. Terceros en la fase regular, cuartos en la postemporada y sin posibilidad de acudir a los Worlds 2018 por caer en el Regional ante Gen.G por tres mapas a cero.
Al igual que hizo con SKT, Peanut decidió arrimarse a su enemigo. El coreano unió fuerzas con la organización de Gen.G, aunque fue un verdadero desastre. Séptimos en primavera, sextos en verano y una de las mayores decepciones de la historia coreana.
Ahora, Peanut ha decidido cambiar de aires. Después de tanto tiempo en Corea del Sur, su siguiente destino ha sido el ‘súper servidor’ de China. El jungla de ya 22 años ha decidido aportar su veteranía y sus mecánicas al conjunto de LGD Gaming. La edición primaveral fue bastante dura para ellos. Finalizaron en la decimoquinta posición en temporada regular, sólo hubo dos equipos peores que ellos.
A pesar de ello, Peanut no se ha rendido. Desde que comenzó el verano se ha puesto el traje de Rocky Balboa para su equipo y, con sus compañeros aportando sus granos de arena, han conseguido finalizar sextos en temporada regular, cuartos en playoffs y segundos en los regionales que daban acceso al World Championship 2020.
Después de dos años sin poder pisar un torneo internacional, Peanut llega con más ganas que nunca. Pero, para obtener algo de este World Championship 2020, primero tendrá que pasar por el Play-In, donde le esperan equipos como Unicorns of Love o Rainbow7. En principio debería ser fácil para los chinos conseguir el pase a la fase de grupos. En caso de lograrlo, sus rivales de grupo serán Fnatic, Team SoloMid y un viejo conocido para el coreano, Gen.G.
La gran pregunta es, ¿veremos a Peanut levantarse de nuevo, luchar y, quien sabe, ganar como hizo Rocky contra Apollo para terminar con su mítica frase, “hey Adrienne, lo conseguí”? Aún queda mucho campeonato por delante, sólo nos queda disfrutar de un jungla que ha conseguido mucho pero que, al igual que a otras grandes estrellas, todavía se le escapa el trofeo más importante de League of Legends.