Hay escenas que se graban en la memoria en un abrir y cerrar de ojos. A veces porque la emoción encuentra en nuestra piel una carretera libre sobre la que correr. En cambio, otras debido a que el final no es el que esperamos. Véase en el desenlace de La La Land o cuando Thanos hizo su famoso chasquido de dedos en Infinity War. Acostumbrados a que los ‘héroes’ siempre ganan, la tensión se podía cortar con un cuchillo hasta la llegada de Endgame. Con la final del Mundial de 2017 sucedió algo similar. Park Jae-hyuk “Ruler”, acabó con la hegemonía de Lee Sang-hyeok “Faker”. La narración de David Turley “Phreak” aún resuena: “La dinastía the SKT se ha acabado. Saludemos a los nuevos reyes”. Desde entonces el League of Legends internacional no ha vuelto a ser el mismo y los Worlds de 2023 reabrirán esa carga emocional.
Cuando Ruler cazó a Faker con Varus, ni él mismo fue consciente del peso de sus acciones. Aquella final de 2017 fue la venganza más fría jamás servida en la historia de los Mundiales. T1, por entonces SK Telecom T1, ganó a Samsung Galaxy en la anterior final. Con un ajustado 3-2 en el que los tricampeones mundiales demostraron entender mejor que ningún otro club la idiosincrasia de un Mundial. Técnicamente, el actual tirador de JD Gaming igualó su marcador personal en enfrentamientos directos contra el Rey Demonio en Worlds. De todas maneras, aquel Destello con las Cadenas de Corrupción fue un final de ciclo. Desde entonces Corea del Sur no ha vuelto a ser la gran hegemonía del League of Legends internacional. La League of Legends Pro League (LPL) ascendió a la corona mundial y los éxitos surcoreanos ahora se entienden por la figura de Cho Geon-hee “BeryL”.
A nivel personal, aquellas cadenas de Ruler estuvieron literalmente cargadas de corrupción para Faker. Nadie puede presumir de un mejor currículum que el Rey Demonio en Worlds. Sin embargo, las últimas eliminaciones de los tricampeones mundiales pesan como una maldición para el medio. Hasta el punto de que necesitó lesionarse un Summer Split para que muchos espectadores abrieran los ojos y volvieran a valorar su figura a pesar de haber dejado de ser el mejor jugador del mundo con larga diferencia. Las semifinales ante G2 Esports, DWG KIA o la última final perdida contra DRX marcan la literatura maldita a la que le abocó el tirador de JD Gaming. Siempre tan cerca pero tan lejos cuando antes conseguir Copas del Invocador era la norma. El ADC cambió la forma de entender el deporte electrónico como Thanos la galaxia con un chasquido de dedos.
A nivel nacional, ganar aquel Mundial no implicó facilidades para Ruler. Tuvo que esperar cuatro años para ganar su primera League of Legends Championship Korea (LCK) mientras a Faker se le caían ligas como anillos. De hecho, el propio Rey Demonio le denegó dos finales distintas. El tirador cobró su venganza particular en su territorio natal en el Summer Split de 2022, quizás en el proyecto más ambicioso de Gen.G. De todas maneras, ningún golpe de retorno significó lo mismo para ambos jugadores. La estrella de T1 aún tenía grabada en mente la imagen de los Worlds de 2017. En cambio, el tirador seguía preguntándose por qué era incapaz de levantar trofeos nacionales con facilidad a pesar de su calidad.
La rivalidad entre Faker y Ruler, tan cerca pero distanciada a la vez, se mide por aquella imagen. Un reflejo de que da igual cuántas cosas hagas bien en la vida, que el hecho que duele siempre queda marcado con mayor facilidad. Si el Mundial de 2022 fue el de la historia más bonita jamás contada, el de 2023 puede significar el del nuevo punto y aparte de la historia de League of Legends. JD Gaming tiene en sus manos ser el primer y único equipo de la historia que se hace con el Grand Slam del deporte electrónico. Pero delante tiene un T1 con aires de despedida. Con ganas de cerrar un proyecto con la Copa del Invocador que consideraban suya la anterior edición. Además, con el aliciente de conseguir que el Rey Demonio sea el único jugador de la historia que conquista cuatro Worlds.
La semifinal entre JD Gaming y T1 es el Endgame particular del League of Legends internacional. Cuenta con el público expectante de si Ruler, disfrazado de Thanos, volverá a chasquear los dedos para hundir definitivamente al Rey Demonio. Por la otra parte, con el gran apoyo popular, Faker aspira a disfrazarse de Tony Stark para emular el chasquido de dedos del villano. Todo con tal de sumar esa Copa del Invocador y devolver al planeta a la antigua normalidad, donde su equipo era el indiscutible favorito y campeón por regla. Se trataría de la escena de remontada mejor protagonizada por el medio: tras disputar todas las finales de 2022 y perder la mayoría, la justicia bajaría de los cielos para devolverle ese Mundial. Para el tirador supondrá la trascendencia literaria definitiva a través de formar parte del primer club que se hace con el Grand Slam.